La invasión de pinos se convirtió en un desafío ambiental de magnitud. Frente a este problema, la Red Pinos lanzó una iniciativa comunitaria para mapear la expansión de estos árboles y definir áreas de control.
La expansión descontrolada de pinos en los alrededores de Bariloche se convirtió en una preocupación ambiental de primer orden. Originarios del hemisferio norte, estos árboles trascendieron los límites de plantaciones y jardines ornamentales, invadiendo espacios naturales y desplazando a especies autóctonas. Este fenómeno no solo reduce la biodiversidad local, sino que también aumenta significativamente el riesgo de incendios forestales, dada la gran cantidad de material combustible que los pinos aportan al entorno.
Ante esta situación crítica, la iniciativa local RED PINOS tomó cartas en el asunto lanzando una campaña destinada a mapear y controlar la propagación de los pinos invasores en la región. A través de esta acción comunitaria, RED PINOS busca involucrar a la población en la identificación de estas especies para elaborar un mapa detallado que permita definir áreas prioritarias de intervención.
La presencia masiva de estos árboles altera los ciclos de agua y nutrientes, impactando negativamente en los ecosistemas nativos. Además, la densidad de su follaje y la caída de sus acículas crean una capa en el suelo que impide el crecimiento de otras plantas, exacerbando el problema de la monocultura forestal y contribuyendo a un mayor riesgo de incendios, que pueden tener consecuencias devastadoras tanto para la flora y fauna local como para las poblaciones humanas cercanas.
La campaña hace un llamado a la acción ciudadana solicitando a los habitantes y visitantes de la zona que reporten la presencia de pinos en entornos naturales. “Tu colaboración es esencial”, enfatizaron desde la organización, alentando a las personas a enviar información sobre la ubicación y fotografías de los árboles detectados a través de WhatsApp al número +54 9 294 413-0948. Esta información será crucial para diseñar estrategias efectivas de control y erradicación de los pinos invasores.
La colaboración ciudadana se vuelve esencial en este esfuerzo colectivo. Foto: gentileza.
¿Cómo llegaron los pinos a la Patagonia?
Tiempo atrás, ANB dialogó con Adolfo Moretti, ingeniero forestal del Parque Nacional Nahuel Huapi, quien arrojó luz sobre los mitos y verdades que rodean a esta invasión, ofreciendo una perspectiva enriquecedora sobre posibles soluciones.
“Los pinos son una consecuencia de una cultura que fue colonizando esta región. El ser humano ha llevado sus plantas y animales a todas sus migraciones. Cuando los europeos llegaron a América, ocurrió una globalización con las plantas. Acá trajeron muchas exóticas, la mayoría las usamos todos los días, pero en algunos lugares donde hay bosques y ambientes naturales bien conservados, cuando aparecen especies como el pino, producen daños terribles porque afectan la biodiversidad”, explicó el director del Jardín Botánico Isla Victoria y coordinador del Área Forestal del PNNH.
La problemática de la invasión de pinos en los alrededores de Bariloche, que hoy moviliza a la comunidad en esfuerzos de control y erradicación, tiene también sus raíces en acciones bienintencionadas pero con consecuencias ambientales no anticipadas. Entre ellas, la plantación de pinos en el Cerro Otto por el pionero Otto Meiling, una figura emblemática en la historia de la región, destaca como un punto de inicio de esta expansión descontrolada.
Otto Meiling, un inmigrante alemán apasionado por la montaña y la naturaleza, llegó a Bariloche en la primera mitad del siglo XX. Con la visión de embellecer el paisaje y contribuir al desarrollo forestal, Meiling inició la plantación de diversas especies de pinos en el Cerro Otto. Si bien sus acciones fueron motivadas por un deseo de mejorar el entorno y ofrecer una solución a la erosión, la adaptabilidad y rápida propagación de los pinos llevaron a una situación no deseada, con impactos significativos en los ecosistemas locales. (ANB)